En El Salvador, los índices de embarazo adolescente continúan siendo una de las problemáticas más preocupantes para el desarrollo integral de niñas y adolescentes. Estas cifras no solo reflejan una realidad sanitaria, sino una brecha en derechos, oportunidades y equidad.
Es imperativo empoderar a las niñas como una estrategia central para prevenir embarazos en la adolescencia. El empoderamiento, entendido como la capacidad de tomar decisiones informadas, tener acceso a información veraz y ejercer el control sobre sus cuerpos y proyectos de vida, es una herramienta transformadora.
- Educación como eje central: Garantizar el acceso a una educación sexual integral, libre de prejuicios, que brinde conocimientos sobre derechos reproductivos, métodos anticonceptivos y crianza responsable, fortalece la autoestima y el poder de decisión de niñas y adolescentes.
- Comunicación y entornos protectores: Fomentar espacios seguros —en la familia, las escuelas y la comunidad— permite que niñas hablen, pregunten, se informen y construyan redes de apoyo. Combatir el tabú sobre la sexualidad es parte de protegerlas.
- Participación activa: Involucrar a niñas y adolescentes en proyectos como Chicas en Acción Contra la Violencia es clave. Cuando ellas son protagonistas, identifican causas subyacentes, rechazan prácticas dañinas y proponen soluciones desde sus realidades.
- Prevención desde los derechos: El embarazo adolescente no solo es un problema de salud; es una cuestión de derechos humanos. Las niñas tienen derecho a decidir si desean o no ser madres, y a cuándo serlo.
Enfrentar los índices de embarazo adolescente sin empoderar a las niñas es combatir las consecuencias sin abordar las raíces. Desde CoCoSI, reafirmamos nuestra convicción de que, cuando se informa, se protege y se empodera, estamos construyendo un país donde las niñas sí pueden soñar, decidir y transformar sus historias.
